El método Montessori tiene como objetivo proporcionar entornos idóneos que favorezcan la independencia y el desarrollo integral de cada niño mediante el fomento de sus habilidades personales. Más que tratarse de una enseñanza, es una actitud que busca que el niño crezca feliz, independiente y capaz de pensar por sí mismo.
Ofrécele un ambiente preparado
Se trata de que el niño encuentre un entorno favorable para su desarrollo. Al ser un aprendizaje autodirigido por el mismo niño, es importante que se le ofrezca un ambiente que favorezca el aprendizaje.
Puedes crear rincones con elementos ordenados de forma natural, donde el niño pueda escoger lo que quiera en cada momento. Necesitas tener cada cosa en su lugar para que tu hijo sepa donde dirigirse cada vez que quiera localizar un objeto. Así también aprende a responsabilizarse del mantenimiento del orden.
Lo más práctico es tener las cosas agrupadas en cestas o cajas en estantes que estén a su alcance, para facilitar la independencia del niño. Coloca sus cosas en las partes bajas de las estanterías: materiales creativos, papel, lápices, juguetes, libros y otros objetos de su interés. Así será él quien decida qué quiere hacer en cada momento.
Prueba a proceder igual con su ropa; le gustará sentirse autónomo a la hora de vestirse y de elegir lo que quiere ponerse.
La seguridad es lo primero
Para adaptar tu casa al método Montessori tienes que cambiar tu mentalidad. Olvídate de limitar al niño y evita los peligros eliminando aquellos objetos que sean un riesgo para él.
Por ejemplo, protege los muebles bajos con protectores de esquinas, para que no tenga dificultades a la hora de acercarse y así evitar tener que estar diciendo no cada vez que se acerca, ya que las negativas coartarán la libertad de tus hijo.
Al igual puedes hacer con las cunas o las camas de primera infancia. En lugar de utilizar camas con barrotes, prueba a utilizar una cama Montessori apoyada directamente sobre el suelo. En este tipo de mobiliario tu hijo podrá acostarse o levantarse solo sin necesidad de un adulto y sin riesgos.
Mobiliario a escala
Por mucho que pienses en comprar muebles a la medida de tus hijos, con el tiempo, dejarán de ser útiles, al crecer tan deprisa, antes de que te des cuenta, se les habrán quedado chicos.
Para adaptar tu casa el método Montessori trata de buscar muebles evolutivos, de los que van creciendo con los niños y se transforman o se hacen más grandes. Hay cunas que se convierten en camas bajas, por ejemplo.
Cuanto más sencillo mejor
Es mejor tener una decoración en tonos neutros y materiales naturales que no sean una fuente de excitación continua para el niño. Además, los colores neutros transmiten la calma que ellos necesitan para centrarse en las actividades que hacen.
Fomenta su curiosidad
Aunque los niños son curiosos por naturaleza, es importante que sientan motivación por aprender de lo que les rodea. Hay que dejarlos experimentar por ellos mismos el placer de descubrir y aprender de sus propios descubrimientos, en lugar de recibir los conocimientos de los demás.
Cuando fomentas su curiosidad, les permites descubrir y asimilar conceptos de forma natural.
Promueve su autonomía
Si se lo permitiéramos, nuestros hijos harían gran parte del trabajo que solemos hacer por ellos. Cosas que por las prisas o poca paciencia, a veces no hacemos.
Comienza por cosas simples como puede ser la tarea de lavarse los dientes, poner la mesa, ponerse y atarse los zapatos, etc. Ellos solos, dependiendo de su edad, irán aprendiendo las tareas adecuadas.
Ten en cuenta los periodos sensibles
Los periodos sensibles son períodos de edad en los cuales los niños tienen mayor facilidad para adquirir ciertas habilidades sin apenas esfuerzo.
Tienen una duración limitada y no vuelven a repetirse, por eso es importante fomentar esas habilidades, como por ejemplo: el lenguaje, la lectura, movimiento, habilidades sociales, etc en el momento adecuado, para así aprovechar al máximo sus posibilidades.
La mejor forma de detectar esos periodos es observando sus comportamiento, viendo cuales son las actividades que realiza de forma repetitiva y ver lo que le interesa, para así fomentar un entorno que le permita desarrollar esas habilidades.
Dales libertad para aprender
La libertad permite al niño escoger lo que quiere aprender en cada momento de su desarrollo de acuerdo a sus periodos sensibles. Por eso hay que permitirles que sean libres para explorar, jugar y socializarse a su ritmo, siempre dentro de unos límites seguros.
El juego libre y espontáneo que surge de la curiosidad e iniciativa del niño es importante porque se convierten en adultos con una mayor autoestima y mejor capacidad de adaptación.
Guíalo sin dirigirle
Los adultos tienen la responsabilidad de guiar al niño de forma respetuosa, siendo observadores, y ofreciendo herramientas para el aprendizaje, pero sin interferir.
Hay que respetar las necesidades y ritmos del niño para que se desarrolle plenamente, sin forzar.
Fomenta el contacto con la naturaleza
El contacto con la naturaleza y sus elementos es muy importante en la enseñanza Montessori. Se promueve el cuidado del entorno y se potencian las experiencias sensoriales que el medio ambiente proporciona a los niños.
Si no dispones de un jardín, una terraza o un patio donde puedan estar en contacto con plantas y árboles, introduce algunos elementos en el interior para adaptar tu casa al método Montessori.
Puedes preparar cestas sensoriales con productos de temporada, frutas, flores, piñas, conchas de la playa, hojas, arena, etc